Cuando despido por las mañanas a mi hija en la puerta del cole le doy un beso y le deseo que lo pase bien.
A veces escucho como otros padres y madres en esa despedida les dicen a sus hijos cosas como: pórtate bien, que no me entere que haces, que dices...
Puede que me equivoque pero me gusta confiar en la buena fe de los niños y por supuesto de mi hija. Doy por hecho que la tiene y lo que realmente me importa es que aprenda a disfrutar de su estancia en el colegio. Que valore su trabajo bien hecho, la suerte de poder compartir ese tiempo con compañeros que, como ella están aprendiendo a vivir en sociedad, con maestros que se preocupan por ella...
Recuerdo con añoranza mi época de estudiante, el olor de los libros nuevos, la VIDA que se respira en la escuela, y quiero que ella pueda sentir esa misma sensación.
Quiero que quiera ir al colegio, que quiera estudiar, pues eso es lo que podrá enriquecer su vida, y además y por encima de todo que aprenda a ser feliz haciéndolo. Por ello cuando la despido le deseo: ¡Que lo pases bien!
