DANZA Y HOMOSEXUALIDAD

Entre las actividades extraescolares que se ofertan en nuestro colegio se encuentra la de Danza. El número de alumnos matriculados está en torno a 20, de los que 19 son niñas y tan solo un niño. Con sorpresa, he escuchado a algunos padres y madres decir que no apuntan al hijo varón en danza porque "es una actividad para niñas", porque "¿y si se vuelve afeminado", porque "es que si mi marido se entera le da algo", porque "no quiero que los compañeros se burlen de él", porque...

Aquí les dejo un artículo que me pareció interesante y a ver si poco a poco vamos eliminando tantos prejucios más acordes con épocas pasadas. Y por cierto, que si nuestro hijo, apuntado en danza, judo, fútbol, teatro, boxeo, o en lo que sea, es homosexual, tampoco pasa nada.


¡LOS HOMBRES NO BAILAN! Por Ivonne Robles Gil (Bailarina, maestra y coreógrafa)

Cuantas veces escuchamos comentarios como estos: “Los Hombres fuertes y valientes no deben Bailar” “Bailar no es asunto de Hombres” “Los Hombres machos no Bailan” “La Danza masculina es afeminada y los convierte en Homosexuales”.

Si nos remontamos a épocas pasadas nos daremos cuenta que los Hombres siempre han bailado. Bailar se consideraba una parte esencial de la educación en un joven noble del siglo 17, ya que debía aprender equitación, esgrima y danza. A través del tiempo, la danza ha formado parte de la vida de los varones pues por medio de ella se comunicaban tanto en las cortes de manera teatral, como en los grandes bailes de los palacios, o en las calles manifestándose en contra de lo político o lo social.

En este tiempo donde el deporte se considera tan importante en los jóvenes, es irónico que un bailarín varón, quien puede competir con cualquier atleta o deportista, tanto en agilidad como en fuerza y resistencia, se le menosprecie en ocasiones por considerarlo delicado.

Los varones al entrenarse en el ámbito de la danza adquieren cuerpos atléticos, donde los músculos se desarrollan adecuadamente, creando fuerza y dinamismo; además tienen el “valor” de romper con parámetros tradicionalistas y tomar una clase de danza, parándose frente a un publico que pensará muchas cosas y luchando por lo que realmente quiere hacer.

“No hay manera de que la danza como tal pueda convertir a alguien en homosexual” algunos jóvenes son afeminados por naturaleza sin ser homosexuales, la danza afeminada en un hombre es simplemente mala danza…… no hay nada afeminado en la buena danza masculina.

Ser bailarín y ser homosexual son cosas diferentes, la homosexualidad se da en todos los ámbitos de la sociedad, al final lo que importa es que el trabajo que hagan lo hagan bien.

Defender como “Hombre” lo que creen y estar seguro de lo que son es lo único que importa, no debe importar lo que los demás digan, los varones que son molestados por bailar deben defender lo que sienten y piensan.

Si como varones les gusta bailar, es una ironía no tomar clases de danza….. Y “el qué dirán”, debe quedar fuera de sus vidas, porque primero están ellos y lo que les hace sentir bien; la gente que opina en contra del varón que hace danza es sólo aquella que en su vida es infeliz y necesita hablar para sentirse “grande”.

“Si lo puedes soñar, desear y defender, lo puedes Bailar”